martes, 21 de abril de 2015

EL SUEÑO

 
Jamás podrá la riqueza
proporcionar dulces sueños,
como tampoco la pobreza
soñará jamás con ellos.
 
Tan sólo la conciencia
cuando se acuesta cansada
de hacer siempre el bien,
es la que podrá alcanzar
la dulzura de lo que es soñar,
y se despertará descansada
dejando la cama en paz.
 
Para tener dulces sueños
hemos que tener presente,
que todo cuanto tenemos
nos ha sido prestado
y lo hemos conseguido
a base del constante esfuerzo
de nuestro honrado trabajo.
 
Habrá siempre dulces sueños
donde sea la conformidad
la que consuele los deseos
y busque por todos los medios
encontrar la felicidad,
para que sea nuestra vida,
un verdadero dulce sueño
donde siempre reine la paz
y el placer de la amistad.
 
 


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