jueves, 3 de julio de 2014

LA LIBERTAD

 No hay nada en la vida
que se pueda comparar
a esa dicha resurgida
que se llama libertad.

 Su hermosura cautiva
al hallar la felicidad,
que encuentra la caricia
de la propia libertad.

 Hay una pasión loca
por hablar de la libertad,
y el corazón se desboca
al gozar de la felicidad.

 Libertad, eterno fervor
que consagra nuestro celo,
llenando el mundo de amor,
comparable al mismo cielo.

 No hay libertad sin respeto,
ni es libre quién maltrata,
a ese prójimo justiciero
que si lo provocan, mata.

 La libertad se entiende
cuando hasta la ley es justa;
pero, si uno hace lo que quiere,
el libertinaje viene y asusta.

 Se comunica la libertad
por el sentimiento del alma,
y se alcanza la felicidad
al gozar de la eterna calma.

 Donde no hay justicia,
jamás habrá libertad...

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